El futuro del trabajo no depende solo de la inteligencia artificial o de la velocidad de la tecnología, sino de nuestra capacidad como personas y comunidades para desarrollar las habilidades del futuro: colaboración genuina, pensamiento crítico, liderazgo consciente y la construcción de redes de confianza.
Propongo que como comunidad exploremos cómo el análisis de redes organizacionales (ONA) puede ayudarnos a visualizar y fortalecer estas habilidades, identificando no solo la estructura formal de las empresas, sino también los lazos invisibles que sostienen la innovación, la inclusión y el aprendizaje colectivo.
La iniciativa busca:
Identificar las habilidades emergentes que requieren las organizaciones (curiosidad, adaptabilidad, empatía digital, gestión de la colaboración).
Usar ONA para mapear las redes de influencia y apoyo que permiten a estas habilidades florecer en empresas, comunidades y jóvenes talentos.
Crear un marco compartido que ayude a líderes, educadores y organizaciones a diseñar entornos de trabajo más humanos y sostenibles, donde la tecnología complemente y no reemplace la conexión auténtica.
Abrir un espacio de diálogo entre miembros de distintas regiones y sectores, para imaginar cómo queremos que se vea el liderazgo del futuro y qué prácticas necesitamos impulsar desde hoy.
Esta propuesta no es un proyecto individual, sino una invitación abierta a sumar experiencias, conocimientos y casos de uso que nos permitan aprender juntos y generar recomendaciones prácticas para las organizaciones que están transitando la era de la IA.
En palabras simples: queremos usar el poder de las redes humanas para preparar a las personas, las empresas y a las próximas generaciones para un futuro del trabajo que sea humano, conectado y tecnológicamente consciente.